martes, 16 de diciembre de 2008

El Farero



Una vez conocí a un farero, de los de antes, los que vivían arriba, antes de las luces automáticas. Decía que el mar era mas complicado de entender que una mujer y que a veces, en las noches de tormenta, el viento que silbaba furioso parecía susurrar nombres en la ventana.
En las largas noches solitarias empañaba el cristal del foco y escribía nombres con los dedos, con la esperanza de que se proyectaran a lo lejos. Los nombres que creía escuchar pero especialmente uno, el que vino aquí a olvidar. Recodé el libro de Estrázulas “Pepe Corvina”, pero este farero era muy adaptado a la vida moderna, ya se había retirado y casado otra vez.
Algunas noches como hoy también escucho nombres en la ventana, muy antiguos, especialmente ese que fui a intentar olvidar ese verano en José Ignacio, pero la memoria es un bicho de alas propias y esas noches pienso en cuantos veranos deberé deambular para dejar de escuchar tu nombre.

Hoy te vi
mirando rosas
hoy te vi
tu nunca dices que hay en ti
...y hoy te vi

Eduardo Mateo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son bienvenidos