viernes, 12 de diciembre de 2008

El poema de una canción que mas me gusta


Esta es la letra que mas me ha gustado de una canción hasta ahora. Es de Bob Dylan, del año 1981. Se llama "Cada grano de arena"
Enjoy

Cada grano de arena

En la hora de mi confesión,
en la hora de mi necesidad más acuciante,
Cuando los arroyos de lágrimas
bajo mis pies anegan toda semilla nueva,
Se alza en mi una voz moribunda,
que invoca a alguien,
Afanándose en el peligro y en la moral
de la desesperación.

No me siento inclinado
a mirar hacia atrás en pos de cualquier error,
Como Caín, contemplo ahora esta cadena
de acontecimientos que debo romper.
En la furia del momento
veo la mano del Maestro,
En cada hoja que tiembla,
en cada grano de arena.

Ay, las flores de la complacencia
y las zarzas de antaño
Han apagado, como criminales,
el aliento de la conciencia y la alegría.
El sol caía sobre los pasos del tiempo
para alumbrar el camino,
Aliviar el dolor de la ociosidad
y el recuerdo de la corrupción.

Contemplo el portal de la fiera
llama de la tentación
Y cada vez que paso por ahí
siempre oigo mi nombre.
Luego, al seguir mi camino,
llego a comprender
Que cada cabello está numerado,
como cada grano de arena.

He pasado de los harapos a las riquezas
en el pesar de la noche,
En la violencia de un sueño estival,
en el frío de una luz invernal,
En la amarga danza de la soledad
que se pierde en el vacío,
En el espejo roto de la inocencia,
en cada rostro olvidado.

Oigo las antiguas pisadas,
como el vaivén del mar,
A veces me vuelvo y hay alguien ahí,
otras veces sólo estoy yo.
Estoy pendiente de la balanza
de la realidad del hombre
Como cada gorrión que cae,
como cada grano de arena.


Bob Dylan 1981

Ayer


"La Paloma" 01/2007

Un día como hoy
me cansé de mirar el cielo
me cansé de soñar
de reir
de correr
de caminar tras el sol
Un día me cansé
de vivir sin vos

domingo, 7 de diciembre de 2008

Dejavú (parte 1)


Solía soñar cuando chico, con una niña hermosa de vestido de juegos que se hamacaba todo el tiempo en una plaza. Siempre la soñaba sola, triste y melancólica, en el mismo lugar que re descubrí este año después de una extensa búsqueda.
Estuvo conmigo muchos años, hamacándose entre las hojas arremolinadas. Con el tiempo se convirtió en una visión recurrente que acudía a mi en las tardes de escuela cuando mi imaginación abandonaba las corridas en la cancha o los viajes a las estrellas y en las tardes de lluvia donde no se podía salir a jugar. Lo cierto es que no recuerdo bien cuando comenzó, ni siquiera recuerdo con claridad un momento de mi infancia en que no haya convivido con esa imagen tan diáfana. Y se perdió como a los 12 años, al entrar en el liceo entre amigos, ruido y libros nuevos. No la volví a ver hasta los 15, cuando murió mi abuelo y en una noche de tristeza, sin compañía, sin nada a que aferrarse, aquel adolescente confundido encontró de nuevo aquella imagen de inocencia, de esa tristeza que siempre deseó curar con abrazos, la imagen de lo inexplicable. En ese momento me propuse encontrar esa niña que parecía estar allí solo para recibir mi amor, mi hija tal vez, mi compañera, no sabía. La busqué muchos años, hasta que poco a poco me fui convirtiendo en un hombre común, con las prisa y las preocupaciones banales de la mayoría, viviendo una vida con pocas cosas interesantes, trabajo, estudio y vacaciones; amores comunes, lugares comunes. Ya en los últimos años llegué a sentir el hastío y la desmotivación de mi vida.
Pero lo mas importante que olvidé era que existe una fuerza inexplicable llamada destino, lo había leído en Castañeada como parte de otra gran fuerza llamada “el intento”, su lado incontrolable; lo supe mucho tiempo pero lo olvidé como tantas cosas. El destino no manda cartas pero escribe en las paredes de la piel y se escucha en las mañanas cuando dibuja flashes en tu mente...


"Toma de mí, todo
bébetelo bien
hay que ayunar al filo
del amancer"

Silvio Rodriguez