Hace casi dos años ya que me vi frente a frente conmigo mismo, con el pasado y el futuro la vez, con los viejos y nuevos anhelos, con los sueños de niño y la esencia propia que nunca cambia. Hace dos años ya que comencé a descubrir que nunca había estado solo y que nunca mas podría buscarme solitario, que descubrí la soledad de estar solo.
Mucho antes, en días olvidados te había conocido, fugazmente entre sueños y visiones, apareciendo entre las palabras, los garabatos y los dibujos escolares, entre la urgencia y la melancolía adolescente. Pero el destino es un viejo sabio y bastante jodido, no avisa ni te deja bichar tras las cortinas, no tiene piedad ni compasión por los caídos o los débiles ni te da tiempo a detenerte a pensar donde estás.
Me llevó un tiempo recobrarme del golpe de entender quien soy, quienes éramos los dos en este mundo extraño, tiempo que no está en ningún contrato, estupidez que no está en ninguna cláusula de la vida; Pero mucho mas parece ser lo que tarda uno en pagar la demora y la debilidad. El mundo no es para los débiles, en ninguna parte del universo; el mundo no se detiene cuando no estás preparado/a, cuando no hay palabras, cuando sé erra el camino.
Hace dos años volví a verme tal como soy, y no era malo ni egoísta sino el mismo niño inocente pero cansado de olvidar.
Hace tiempo ya, lo dejé todo por un rostro reflejado en río, sin importar de los comentarios y las mentiras, los juicios, la injusticia. He intentado volver a la frivolidad, al desmedro en vano, a la estupidez ajena pero ya no hay vuelta atrás. Solo queda el viento del verano, los recuerdos de noviembre negados en la arena, los nombres escritos en la ruta. Solo queda el hoy que nunca cambia. Solo quedás vos.
"Cambias tus raices y tu polvo
por un rostro reflejado en el río"
Bernie Tauping
(letrista de Elton John)
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